La Sociedad Rural Argentina advirtió que el comportamiento del mercado de ganados y carnes refleja cómo la “intervención formal del negocio de exportación genera efectos negativos de gran magnitud tanto para los consumidores, la producción, la cadena comercial, la industria y también la balanza comercial”.
“No queda duda de que todos perdimos con esta medida de cerrar y/o cuotificar exportaciones de carne”, advirtió la entidad, y alertó que esa situación “no escapa al resto de los mercados del sector como pueden ser los cereales y oleaginosas o los lácteos, ya que formal o informalmente, la mayoría presenta algún tipo de intervención”.
Como ejemplo, explicó en una gacetilla que el maíz “sufrió el cierre temporario del registro de exportaciones en enero de este año y durante las semanas posteriores tuvo períodos de funcionamiento anormal”.
“Toda intervención en el funcionamiento de los mercados produce efectos negativos para los productores, tanto sean “formales”, como las normas y regulaciones impulsadas en la carne, o bien “informales”, mediante acuerdos celebrados entre un eslabón de la cadena con el sector público dando origen a las “autorregulaciones temporales” por parte de los operadores.
“Cuando se interrumpe temporalmente la puja natural por parte de los compradores para la exportación y el consumo interno, y se coordina la suspensión de operaciones durante una ventana de tiempo, germina la falta de transparencia de los precios”, señaló la entidad rural.
Es por ello que advirtió que “estos comportamientos generan ineficiencias económicas que dan espacio a transferencias de ingresos entre distintos eslabones de una cadena y derivan, más tarde o temprano, en pérdida de confianza, caída de inversión, estancamiento, menor uso de tecnología y menor producción” y subrayó que “en los últimos años donde las intervenciones formales o informales se generalizaron y derivaron en caídas o estancamientos muy importantes en las producciones de carne, leche, maíz o trigo”.