Gran parte de las economías regionales son dependientes del riego ya que, en su mayoría, son producciones intensivas. Esta dependencia del riego es aún mayor en años en que la sequía genera el hecho de estar supeditados al agua de pozo.
“La dependencia del riego y el uso de la electricidad, implica que el proceso de suba de tarifas que está estipulado a partir de este mes de septiembre genere un impacto significativo en la estructura de costos del productor primario”, sostuvieron desde Coninagro.
En el caso de la producción de vid, donde la factura de un productor regante se incrementará al menos 118% respecto a la temporada anterior, y se multiplica por 3 si se lo compara con la temporada 2020/21, de acuerdo a datos del Observatorio de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas de Mendoza (ACOVI). En el caso de un pequeño productor de 10 hectáreas, el costo de le energía eléctrica para la temporada de riego, que va de agosto a marzo, la factura sería de al menos $195.797, contra $89.825 en la temporada pasada y $62.023 en la temporada anterior.
Desde la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas , se pronunció al respecto Nicolás Vicchi, subgerente de esa entidad que nuclea a cooperativas vitivinícolas de Mendoza: “Estamos muy preocupados por la quita de subsidios instrumentada de manera intempestiva sin ningún tipo de criterio, hemos comenzando la temporada de riego y frente a la mega sequía que venimos atravesando, la disponibilidad de agua cada vez es menor haciendo más necesario el uso de agua subterránea mediante la extracción por pozos. Hay zonas en Mendoza donde la única forma de riego es a través del sistema de bombeo con pozos. El aumento de los costos de producción ha sido muy fuerte este año y se corre riesgos de que los productores no puedan encender los pozos debido al aumento de la energía por la quita del subsidio. De ser así, muchos pequeños productores podrán perder quintales con vistas a la próxima cosecha”.
Además de la suba del precio mayorista de la energía eléctrica, su sumarán los incrementos que sufrirá el costo de distribución en las diferentes provincias.
Para Coninagro “la suba de costo de la energía se suma a un incremento generalizado de costos en la producción primaria, en un contexto inflacionario donde los consumidores ven reducido su poder de compra de manera creciente”.