La pieza teatral Las esperas se presenta los sábados desde las 17.30, en Ítaca Complejo Teatral (Humahuaca 4027, CABA), escrita y dirigida por Héctor Levy-Daniel, la obra se constituye como una profunda descarnada interpelación a una sociedad que hace lo que puede frente a un hecho evocado, temido y provocador.
El núcleo de esta obra son los diferentes comportamientos de un grupo de personas que están inmersos en una situación extrema y qué el director y dramaturgo Héctor Levy Daniel explicó durante una entrevista con El Ágora.
Las esperas son una permanente evocación a algo que ocurrió trágico y en ese hecho evocado, las conductas de los personajes se acomodan a esa circunstancia…
Las esperas es un espectáculo que está compuesto de dos obras, Plataforma y Limbo. En cada una de ellas se narra una situación que significa el final de un proceso anterior. Y en las dos piezas esa situación genera expectativas en los personajes. De acuerdo a esas expectativas, y a lo que va sucediendo, los personajes toman decisiones que los definen de manera cabal. Vacilantes, o firmemente decididos, o inescrupulosos, o pragmáticos. Cada una de las obras está constituida por una situación límite y por lo tanto no tienen más remedio que mostrar su verdadera manera de ser.
Es vario pinta la conducta de cada personaje, tanto en el primer acto como en el segundo, aparecen la solidaridad, el temor, la corrupción, los fuertes y los débiles, lo autoritario y lo sumiso…
Es verdad, la incertidumbre es lo que los embarga a los diez personajes de las dos obras. Ninguno de ellos puede anticipar lo que va a suceder. Y la incertidumbre avanza sin que ellos puedan hacer nada por dominarla. Solamente al final de cada pieza la incertidumbre cede el paso a una revelación de cómo son las cosas realmente y cuál es el destino que le espera a cada uno de ellos.
La incertidumbre que nace de toda espera y las dudas de cómo enfrentar aquello que sucedió y que al parecer tiene una continuidad en el tiempo…
Exactamente. A través de la conducta de cada personaje, en las dos obras, logramos verificar cuáles son los valores que tiene en cuenta cuando le llega el momento de obrar. Y esta escala de valores es lo que distingue a cada uno y los diferencia de los demás. Pero sobre todo en Plataforma queda en claro que la solidaridad puede ser la base para la resistencia ante la opresión. En Limbo, en cambio, la solidaridad no se vislumbra como un camino posible ya que cada uno está sumergido en su propia individualidad ante la situación que se presenta.
La obra propone una visión introspectiva y nos interpela como sociedad y en rol de espectador, acerca de cómo reaccionamos frente a una situación extrema y de gravedad ¿Cualquier parecido con la realidad actual es pura casualidad?
En una y otra obra hay una referencia metáforica -no directa ni realista- a la realidad. Aunque desde dos ángulos diferentes. Limbo, desde mi punto de vista, juega con algo que se fue instaurando poco a poco durante el siglo XXI: la idea de fin del mundo, que se agravó hasta un extremo insólito con la irrupción de la pandemia. Ya no nos parece demasiado extraña la idea de que el mundo puede extinguirse de manera abrupta o que todos podemos dejar de existir de un momento para el otro. En Plataforma conviven quienes sostienen un sistema injusto y criminal, quienes resisten y lo combaten a riesgo de su propia vida y quienes hacen lo posible por alejarse de cualquier conflicto para buscar una salida individual que les permita encarar una vida nueva.
La obra
Las Esperas surge de las obras Plataforma y Limbo –ésta última recibió la Mención de Honor en el concurso Nuestro Teatro, organizado por el Teatro Nacional Cervantes en 2020-; con las actuaciones de Carla Haffar, Cecilia Cósero, Ana Livingston, Gisella Sirera y Julián Felcman, todas ellas asumiendo un personaje trabajado y casi “cincelado” que parte desde adentro y se traduce en gestos y parlamentos cuidadosamente elaborados.
Un vestuario, en ambos actos adecuado y un desplazamiento por el escenario que traza un movimiento que es precisamente, la cadencia de la obra. Y en ese marco de tensión constante, se evoca un hecho que cambió la vida de estos personajes que son una muestra de una sociedad que reacciona como puede frente a decisiones que no están en sus manos tomar.
La inclusión de un personaje evocado y que no aparece en escena, tiene una presencia que provoca preocupación y hasta un debate breve, sobre que debe y no debe hacer, frente a una calamidad que está por llegar. El heroísmo, la corrupción, el temor y hasta los deseos postergados, crean un clima propicio para contar historias muy humanas. Otra vez el milagro del teatro.
El universo que se presenta en Limbo se nutre precisamente del imaginario creado a partir de todas estas experiencias y la idea de fin del mundo constituye su corolario fundamental. La obra Plataforma es la obra en la que conviven quienes sostienen el sistema, quienes resisten y lo combaten a riesgo de su propia vida y quienes hacen lo posible por alejarse de cualquier conflicto para buscar una salida individual que les permita encarar una vida nueva.
Estas dos concepciones de la espera constituyen los ejes esenciales que dan sentido a las dos piezas que componen el espectáculo Las esperas.
La hicieron posible
Elenco: Carla Haffar, Cecilia Cósero, Ana Livingston, Gisella Sirera y Julián Felcman. Diseño gráfico y fotografía: Camila Levy Daniel. Diseño de Iluminación: Ricardo Sica. Diseño de escenografía y vestuario: Gabriella Gerdelics. Prensa: Paula Simkin. Asistencia de dirección: Lu Polverini. Dramaturgia y dirección: Héctor Levy-Daniel.