Si bien se esperan lluvias en Argentina esta semana, que podrían poner un piso a la pérdida de rindes, estas difícilmente sumarían a la producción. “Las ventas brillan por su ausencia. Los productores están a la espera de un dólar soja, y no venderán a menos que lo tengan. El problema es que tampoco tuvieron trigo, ni maíz temprano, y para colmo el roleo de DJVE de maíz hace poco atractiva su venta”, sostiene el profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral, Dante Romano.
“El mercado de granos operó a la baja en soja, a pesar de que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires se sumará a la de Rosario en estimar 25 mill.tt. de producción de soja, contra 33 estimadas por el USDA. La producción de maíz también va a la baja y podría ser mayor, ya que los cultivos pasan por etapa crítica de rendimientos”.
Los precios de soja subieron arrastrados por los fondos, y la cosecha en Brasil presiona los precios del poroto a la baja. A ello se suma una demanda más baja en el caso de maíz. Y un factor externo y general a todos los mercados también profundiza la situación, y es la crisis bancaria que atraviesa EE. UU. que genera un vuelo a la calidad que presiona los mercados a la baja.
En cuanto al clima, se esperan lluvias para esta semana que comience que logren estabilizar el número de producción, pero no se descartan mermas mayores en la producción a las proyecciones para nuestro país.
“Entendemos que los gatillos de venta de este año no van a ser ni el precio en dólares -que de hecho ya es más que interesante- ni el aspecto logístico -que con menos cosecha será más sencillo de manejar-, sino el financiero: entre mayo y junio se producen los vencimientos de la financiación a cosecha, y en ese momento algo deberá venderse. El gran riesgo, es que se decida no vender nada, y renegociar los vencimientos a la espera de un dólar soja”, añade.
En este contexto, para Romano “la gran expectativa del agro argentino está puesta ahora en un dólar soja en cosecha”. Según el especialista todos se beneficiarían con la medida: “El gobierno, inyectando dólares y recaudación en un momento muy complicado; la industria, permitiendo recibir gran cantidad de soja con un mejor margen; los productores, que compensarían con esto la merma productiva, y la cadena financiera del agro, que de esta forma aseguraría la cobranza de los créditos a cosecha”.
“Si se produce de esa forma, esperamos que el precio de la soja en dólares baje, pero en pesos suba sensiblemente para la posición disponible, y que por recompras mejoren los valores de soja en posiciones diferidas y hasta quizás para maíz. Ese sería el momento de vender tanto los remanentes de esta cosecha, como empezar a capturar precios del 2024 que están muy altos, contagiados por el disponible”, recomienda Romano.
¿Y si no se produjera? El profesor de la Facultad de Ciencias Empresariales explica que quedarían dos caminos: “vender para pagar cuentas, o no hacerlo y generar un problema en la cadena de pagos”.
Finalmente, Romano advierte que ahora la seca no sólo complica a maíz y soja. “Si no llueven 200 a 400 mm acumulados para mayo, a pesar de que resulte atractivo por el margen, no se sembraría trigo en Argentina”.