En un estudio que lanzan por primera vez la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) a partir de una nueva herramienta el “Monitor de Exportaciones Agroindustriales”, el jueves 3 de septiembre a las 18:30, presentan los datos de las exportaciones, el podio internacional a través de un ranking de productos y los beneficios económicos.
Como adelanto desde FADA informan que las exportaciones agroindustriales fueron en el primer semestre el 74% de las exportaciones totales del país. Es decir, 7 de cada 10 dólares entran al país por las ventas externas de las cadenas agroindustriales. En dinero, fueron 20 mil millones de dólares que ingresaron.
El Monitor de Exportaciones, releva que las cadenas agroindustriales aportaron más de 3.600 millones en derechos de exportación (DEX), en los primeros 6 meses del año. Esto se traduce en menos recursos para las regiones productivas que generaron la riqueza, ya que es un tributo que no se distribuye de manera automática por coparticipación a las provincias”, explica la economista Nicolle Pisani Claro.
Por ejemplo, sólo en relación a cereales y oleaginosas, Buenos Aires dejó de recibir 1.019 millones de dólares y Córdoba 886 millones, en el semestre. Esto es menos inversiones, menos actividad económica, menos empleo regional. Lo que desnuda la paradoja: exportar genera empleos, pero el impuesto que se cobra en el proceso de exportar, limita el potencial de crear aún más empleos.
Con estos datos desde la Fundación pretenden demostrar y derribar algunos mitos que están en el imaginario colectivo argentino.
A modo de explicar la importancia de la actividad agroindustrial el economista jefe de FADA, David Miazzo analiza que “se necesitan para la economía diaria de nuestra casa, porque cuando vendemos afuera granos, carne, frutas, legumbres, etc., entra el dinero que necesitamos para poder comprar lo que no producimos acá. Por ejemplo: celulares, ropa, partes de autos o de las TV, computadoras, Netflix, etc., “aquí se derriba una de las creencias de que a la mayoría no le aporta nada”.

Uno de los datos novedosos del informe, es el “Ranking de productos que exportamos”, el cual arroja que Argentina está en los primeros puestos en el podio internacional. Es el primer exportador mundial de aceite y harina de soja, yerba y porotos. Segundos en exportar maní. Terceros en maíz, soja, girasol y peras, y cuartos con carne de vaca, camarones, langostinos, té negro y leche en polvo.

“Vamos con otro mito que cae: que con las exportaciones ganan unos pocos. ¿Por qué no es así? Porque generan muchos de nuestros empleos y así también es como llegan a nuestros bolsillos. Puede que directa o indirectamente, tu trabajo exista gracias a toda la cadena que genera el circuito de exportar. Vamos con ejemplos. La cadena de la carne vacuna genera 100 mil empleos en su circuito de exportación: trabajadores rurales, veterinarios, camioneros, etc.”, analiza el economista de FADA, Nicolle Pisani Claro.

De los 20 mil millones de dólares generados de esas ventas agroindustriales, el 70% provienen de las cadenas granarias, el 15% de economías regionales, 8% de carnes, el 2% de lácteos y el 5% de otros productos. “Dentro de estas áreas hay un variado repertorio de granos, yerba, carnes, frutas, pesca, legumbres, lácteos, etc., mostrando a una Argentina con un amplio espectro de riqueza productiva”. Estos registros tiran abajo otro mito, demostrando que exportar no empobrece ya que, por el contrario, es riqueza productiva generando más riqueza para la economía del país, concluye Pisani Claro.

Ligado a esto, Miazzo destaca que “mientras más se exporte, junto a otros aspectos, ayuda a evitar crisis. ¿Cómo es? El exportar más, colabora en evitar que nos quedemos sin dólares, lo que disminuye el riesgo de devaluaciones y ayuda a no endeudarnos. Claves para nuestro país pospandemia, cuya economía necesitará inyecciones que nos levanten”.