El sector agroindustrial está en condiciones de generar más empleo y seguir aumentando la producción en forma sustentable, pero para ello necesita que se fije una “agenda para el desarrollo del campo”, señalaron referentes del sector en el precoloquio de IDEA .
En los salones del Puerto Norte de Rosario, y en lo que es la antesala del Coloquio de IDEA de octubre, se realizó el panel “Una hoja de ruta para el sector agroindustrial”, coordinado por la presidente honoraria de Aapresid y miembro de la Red Mujeres Rurales, María Beatriz Giraudo. Participaron el coordinador del Consejo Agroindustrial Argentino, Gustavo Idigoras; el expresidente de la Cámara de Diputados y exministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, Julián Dominguez, y el director ejecutivo de Adecoagro, Ivo Sarjanovic.
El presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y del Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), advirtió hoy los cambios que se registran en la demanda de alimentos a nivel mundial, con el pedido de trazabilidad y certificaciones de producción de los mismos.
“El mundo demanda cada vez más alimentos, pero ya no lo hace como lo pensábamos algunos años atrás. Pide alimentos sustentables, que le brindemos garantías de no deforestación de nada lo que hagamos en Argentina, que le demos certificaciones, de que capturamos carbono y así sucesivamente, entre ellas la trazabilidad”, dijo esta tarde Idígoras durante su disertación en el coloquio Experiencia Idea Agroindustria.
En este sentido, el dirigente empresario, planteó que vender en 2022 “va a ser distinto” y subrayó que “Argentina es vista como uno de los grandes líderes de ese mercado internacional”, por lo que satisfacer esa demanda “depende de nosotros”.
“Este mundo pide que le demos trazabilidad y certificación de lo que hacemos. En primer lugar no deforestemos una sola hectárea para producir los alimentos y que le demos garantías al consumidor final, ya no solo en Europa, sino también desde Vietnam. Tenemos mucho, pero tenemos que demostrarlo integrando a la cadena de valor comoditizando la sustentabilidad”, sostuvo Idígoras.
El directivo recordó que en los próximos meses se llevará a cabo en Nueva York una cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para discutir los sistemas alimentarios vigentes, donde se discutirán iniciativas “que van en contra de todos los sistemas productivos que conocemos y lo que plantean es que todo lo que hacemos no sirve”.
Analizó que el Consejo Agroindustrial Argentino, del que es fundador, nació de irse “adaptando a estos cambios, que llevan tiempo”, y explicó: “Todos tenemos el mismo problema, no sabemos adónde vamos, pero todos sabemos adónde queremos ir”, “por eso se formó el Consejo con 63 entidades, donde los azucareros tienen la misma importancia que los viñateros” y otros sectores agroindustriales.
Domínguez, por su parte, sostuvo que “el principal acierto del sector agroindustrial es que ha sido metodológicamente riguroso en sus procesos de entender los cambios del mundo. Tenemos una dirigencia que tiene visión de mundo y de mercado, y puede liderar un proceso de crecimiento y desarrollo”.
“El campo ha hecho un extraordinario aporte tecnológico”, y recordó que en la crisis del 2003 se destacó por su aporte fiscal y explicó que la exportación automotriz de pick up que sostiene a esa industria nace a partir de la demanda del campo de esos vehículos.
“El problema que tenemos es que la mayoría de los dirigentes políticos no entienden el campo, y nuestros funcionarios son de Capital Federal”, subrayó Dominguez.
En el plano político sectorial, el exfuncionario dijo que “no se puede pensar a la Argentina sin pensar el rol del campo” y que “no puede haber un proyecto político que no incorpore al campo como actor. El futuro del país va a seguir vinculado al sector agroalimentario”.
Sarjanovic, puntualizó respecto del alza de los precios de los commodities que del lado de la demanda hay dos locomotoras empujando, China y Estados Unidos. China con la compra de forrajes, porque está superando la epidemia de fiebre porcina, lo que aumenta su demanda de soja y también de maíz.
Mientras que Estados Unidos demanda aceites vegetales para el biodiésel renovable, lo que moverá algo de girasol en Argentina, la posibilidad de que se cultive también colza, y podrán “surgir alternativas muy interesantes para el país”, evaluó Sarjanovic.
En cuanto a la oferta, dijo que “llamativamente hubo problemas climáticos en muchos lugares y sumandos oferta y demanda llevó a la suba de los commodities agrícolas”.
Respecto de las perspectivas, señaló que “quizá sin problemas climáticos, los precios bajen: no sabemos bien cómo será la producción de soja y maíz en Estados Unidos”, pero subrayó que se viene el evento climático de la Niña lo que significa sequía para Sudamérica. Además, estimó que se puede generar una marca país a través de “commoditizar la sustentabilidad”.
Así, por ejemplo, Brasil logró que los productores de algodón reciban precios más altos y abogó por una negociación con China para vender maíz y harina de soja, los dos productos que más comercializa Argentina en el agro.