Carlos Rey es licenciado en tecnología de alimentos. Desde no hace mucho tiempo divide su tarea entre una consultora y su labor como docente en una escuela secundaria de adultos. Comparte además la pasión por la música y una actividad que transformó su vida. Carlos es runner.
“Por una necesidad ligada al aspecto médico, comencé esta actividad en enero de 2014”, explica y amplía: “Me habían aparecido algunas placas en el cuello, entonces decidí encarar una actividad más sana y liberar estrés”. Así comenzó a correr. “Primero de manera solitaria, de dos a tres kilómetros hasta llegar a diez”, recuerda. Con 53 años, en 2015 tomó la decisión de empezar con una entrenadora.
“Aumenté el kilometraje”, comenta orgulloso. Y vaya que lo hizo, de hecho Rey enumera cada una de esas instancias como quien conserva en su haber momentos imborrables. “Corrí los 50 kilómetros de montaña en Bariloche, luego en 2018 participé del cruce de los Andes y en diciembre, competí en los 42 kilómetros de Balcarce”, dice quien suele compartir sus experiencias vía Instagram a través de su cuenta carlosrey1711
Claro que el cambio de vida que generó la pandemia, alteró su andar entusiasta solitario de ripios y laderas, por el virus debió resetear su disciplinada pasión y amoldarse a las nuevas reglas del juego.
“El covid19 me agarró como a todos en casa, confinado”, asume casi con pesar, aunque sin resignarse. De hecho, bajo otras condiciones, el runner siguió con lo suyo. “La decisión fue no parar nunca, hoy con el grupo de entrenamiento seguimos conectados y salvo los domingos que descansamos, realizamos una rutina a través de video llamadas”, explica.
Por supuesto que dicha tarea se da en condiciones muy distintas a las deseadas. “Hacemos ejercicios funcionales y trotando muy poco. Durante la pandemia, lo máximo que corrí fueron 8 kilómetros en los 40 metros cuadrados de casa”, informa.
En este sentido, el marco para la actividad es clave. “Lo ideal sería correr en una zona suburbana, contar con bastante espacio, por no decir zonas semirrurales donde hay poca circulación de gente y por lo tanto poca circulación del virus”, describe aunque él elija las reglas del juego del confinamiento.
Por cierto, la reciente disposición del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires que derivó en una salida casi furiosa de los fanáticos de dicha actividad al aire libre, sorprendió al propio Rey y lo fundamenta. “Me parece sumamente arriesgado hacerlo de ese modo. Hay estudios europeos difundidos desde el inicio del Covid19 que explican cuáles son las distancias recomendables. Alrededor de cinco metros, al menos para quienes corren y mayor de 25, entre ciclistas”.
Apenas se plantearon los límites obligados en el viejo continente, Carlos se fue interiorizando en el asunto. “Las investigaciones de varios infectólogos realizadas en Bélgica, Alemania y Holanda destacaron la necesidad de guardar distancia. Eso es lo que hace que correr en forma masiva o cuasi masiva sea dificultoso. Por caso, el maratonista no duda sobre las consecuencias. “Creo que si la gente no mantiene la distancia social y sale a correr en forma masiva como ocurrió días atrás, será sólo cuestión de tiempo esperar el número de contagios porque es normal salivar, tener secreciones cuando uno corre. Esas secreciones o van al piso o al aire y entonces sí, el riesgo de contacto social crece”.
Para tener en cuenta
“La recomendación para la actividad es la que dan todos los entrenadores: no salir a correr de entrada, si no primero caminar. Luego, ir tomando conciencia de la propia capacidad aeróbica y después empezar a correr”, repasa.
Sobre el mañana soñado, su honestidad brutal parece ir a contramano del deseo en general. “Para quienes corremos y para todos en general, el día después será bien diferente, habrá que mantener el distanciamiento social evitando muchos de los hábitos que nos distingue como argentinos, compartir mates o vincularnos de manera más cercana. Es una nueva realidad”, describe.
Respecto de su rubro, la incertidumbre es mayor. “Como runner me cuesta entender de qué modo podremos desarrollar la actividad. Hay carreras suspendidas, ya me perdí una en julio y sé de otra en octubre que quedó sin efecto. Está todo pensado para el 2021. Será muy difícil mantener distancia durante una largada, después en los caminos para los que hacemos montaña o cross country, ahí las distancias siempre se van manteniendo porque el camino a uno nos va separando”, imagina.
