Grupos de manifestantes abandonaron anoche el distrito turístico de Miraflores, a unos 25 kilómetros de Lima, para iniciar lo que se anticipa una gigantesca marcha desde ese y otros puntos del país hacia la capital peruana para reclamar la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, el cierre del Congreso y anticipo de elecciones. Anteriormente, el estado de emergencia decretado el sábado en Perú tomó efecto este domingo 15 de enero en las regiones de Lima, Cuzco, Puno, el Callao y en tres otras provincias.
La medida autoriza al Ejército a intervenir para mantener el orden y suspende varios derechos constitucionales. El Gobierno de Dina Boluarte decidió implementarlo para controlar las protestas sociales que no paran desde diciembre y con casi 50 muertos.
“Hoy y mañana (la marcha) va a ser más fuerte. Las regiones ya están llegando a Lima. Pedimos que Dina Boluarte renuncie a la presidencia y que cierren de una vez el Congreso, no queremos más muertos”, dijo a la agencia de noticias AFP Jasmín Reinoso, enfermera de 25 años de Ayacucho en Lima desde hace dos meses
Al menos unos tres mil pobladores de la ciudad de Andahuaylas (sureste), se alistaban anoche para viajar en vehículos y camiones a la capital peruana, informó la radio RPP.
El decreto tomó efecto este domingo 15 de enero por 30 días en las regiones de Lima, Cuzco, Puno, el Callao así como en la provincia de Andahuaylas (departamento de Apurímac), en las provincias de Tambopata y Tahuamanu (departamento de Madre de Dios) y en el distrito de Torata (departamento de Moquegua).
Según el documento, la presidenta de la República puede decretar el estado de emergencia en caso de “perturbación de la paz o del orden interno, de catástrofe o de graves circunstancias que afecten la vida de la nación”.
La Policía Nacional del Perú contará con el apoyo de las Fuerzas Armadas para mantener el orden y la movilización social será prohibida por 10 días entre las 20 y las 4h.
Con estas medidas, la presidenta espera controlar las protestas de los que piden su dimisión, el cierre del Congreso y elecciones para 2023. Los manifestantes seguían en las calles de Lima el sábado.
Las protestas estrellaron tras la destitución y detención, el 7 de diciembre, del presidente Pedro Castillo, acusado de fallido golpe de Estado al intentar disolver el Parlamento. La exvicepresidenta Dina Boluarte le sucedió de acuerdo con la Constitución.
Desde el Gobierno
“Esperamos que esta situación (protestas) cambie radicalmente y se establezca la vía del diálogo”, dijo el jefe de gabinete Alberto Otárola al canal de televisión Latina.
“Hay un grupo pequeño organizado con financiamiento del narcotráfico y minería ilegal que quiere tomar el poder a la fuerza”, agregó.
Otárola reiteró que Boluarte no renunciará al cargo, pese a los pedidos de los manifestantes: “No va a renunciar por dos razones. Por un sentido de responsabilidad histórica y porque la renuncia de la señora Dina Boluarte sería abrirle las puertas a la anarquía. Sería una irresponsabilidad de la señora Boluarte irse en circunstancias en que el país está atravesando por estos problemas”
Uso excesivo de la fuerza
Desde que arrancaron las protestas, 49 personas han perdido la vida, 21 de ellas en la última semana. El viernes, la presidenta dijo lamentar el número de muertos y pidió disculpas por los hechos. “No puedo dejar de reiterar mi pesar por las muertes de peruanos en las protestas, tanto de nuestros compatriotas civiles como del valioso policía que perdió su vida infortunadamente. Pido disculpas por esta situación y por lo que no se ha hecho para evitar estos trágicos sucesos”, dijo Boluarte.
Sin embargo, la Presidente repitió que no dimitirá, como piden los miles de manifestantes. “Algunas voces provenientes de los grupos violentos y radicales exigen mi dimisión llevando a la gente al caos, al desorden y a la destrucción. Les digo responsablemente que no renunciaré. Mi compromiso es con el Perú y no con este grupúsculo que hace daño a nuestra patria”, declaró la presidenta.
Con información de France 24, EFE, Telam y AFP.