Se trata de una serie de retratos que se exhibirán hasta el próximo 6 de septiembre en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). La muestra también visitará las casas de estudio de La Plata, la UNSAM, la de Quilmes y la de Avellaneda.
A pocos meses de cumplirse 20 años de la masacre de Cromañón, el artista plástico Gustavo Ruiz realizó 194 obras, en tinta sobre papel, inspiradas en los rostros de las víctimas fatales de aquel 30 de diciembre de 2004, para “construir memoria” en las generaciones futuras.
Hasta el inicio del proyecto, el artista no tenía ningún vínculo con la masacre: ni con sobrevivientes, ni con familiares. El año pasado, a través de un conocido, se enteró que se hacía un homenaje por los 19 años del fatídico episodio, y en ese momento, decidió hacer para el vigésimo aniversario estos 194 retratos.
Al investigar para esta muestra, se dio cuenta que “no sabía nada de Cromañón” y que era miembro de una “sociedad que no sabe nada” sobre esta masacre, reflexionó antes de realizar la presentación de la muestra Cromañón 20 años. 194 retratos en el hall de la Biblioteca Central de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ).
Estos retratos, que comenzó a realizar a fines del año pasado y terminó hace unos meses, serán exhibidos en distintas universidades públicas por la “transversalidad de la sociedad” que representan estas instituciones, explicó el artista, porque exponerlos en un espacio de la memoria o lugares relacionados con la cultura del rock, consideró, era “pescar en una pecera”.
Le gustó la idea de mostrarlos en lugares de “circulación”, como una biblioteca universitaria por la que pasa gran cantidad de docentes, no docentes y estudiantes, y que estos retratos “atraviesen” las emociones y sean los “disparadores de otras búsquedas”, expresó Ruiz.
La muestra está acompañada por un libro que sólo contiene rostros, no tiene prólogo, títulos, capítulos ni ninguna palabra escrita, ya que los rostros “hablan por sí solos”, explicó el artista.
Las fotos en las que basa sus retratos son las presentes en “la bandera de Cromañón”, en la que los familiares pegaron imágenes de sus seres queridos y colgaron en la puerta del boliche en las primeras semanas de 2005, días después de la tragedia.
Para el artista, un retrato no es sólo una aproximación de las características físicas, porque también transmite el carácter, la psicología de esa persona, el “espíritu” que se percibe en la mirada, en la ropa …
“Para comprender de dónde surgen estas fotos hay que ubicarse en La Tablada, Aldo Bonzi, y otros barrios, que en ese momento eran de calles de barro y que eran parte del rock barrial”, expresó Ruiz en referencia al origen de la mayoría de las víctimas que provenían de barrios populares. Y explicó, que por esa época, esas familias tenían “10 o 15 fotos en papel con toda la vida” de esos pibes y pibas, mientras que “hoy no sabemos cúantas fotos tenemos en digital”.
Tras la presentación, Ruiz donó al director de la Biblioteca Central de la UNLZ, Horacio Incaurgarat, un conjunto de libros con las imágenes de la muestra, para que quedaran en el lugar y pueda verlos quien quiera.
La exposición se mantendrá en el hall de la Biblioteca Central hasta el viernes 6 de septiembre, y luego se podrá visitar en otras casas de altos estudios públicas, para al final de su “viaje itinerante” los retratos sean entregados a las familias de los que fallecieron aquella noche. “Y así la obra deje de ser mía”, concluyó Ruiz.
Con información de AUNO