Mucho ha pasado en 120 años de historia desde aquel 2 de julio de 1903 cuando un núcleo reducido de propietarios de aserraderos y corralones de madera realizó por primera vez una reunión con el objeto de cambiar ideas acerca de la fundación de una sociedad que tuviera el propósito de defender y mejorar los intereses del gremio. Docenas de presidentes, vaivenes económicos, sociales, culturales, tecnológicos y muchísimos cambios que, a pesar de todo, contribuyeron a forjar la sólida identidad que aún se mantiene en pie en la Cámara de la Madera – Cadamda.
Actualmente, la entidad agrupa a productores forestales, aserraderos, industrias, importadores-exportadores y comercializadores de maderas y sus derivados. Como así también a fabricantes de productos para la preservación y el embellecimiento de la madera. El objetivo fundamental de la Cámara es difundir el uso de la madera y sus derivados y reposicionar a la misma como un material noble, rentable y confiable.

“Actualmente, el mercado de la construcción con madera en Argentina se encuentra en un proceso de crecimiento sostenido, a pesar de las dificultades que se presentan en el camino. Comparado con 10/20 años atrás, se puede observar un cambio significativo en la demanda y en la oferta de construcciones con madera”, explica el presidente de Cadamda, Daniel Vier. Y agrega: “De hecho, hace algunos años, la madera no era considerada un material de construcción relevante en Argentina y se utilizaba principalmente para elementos decorativos o en construcciones rurales. Sin embargo, debido a la necesidad de construir viviendas más eficientes y sostenibles, la madera es hoy cada vez más popular en la construcción y en otros mercados y rubros”.
“La madera es una solución potente para la construcción y la arquitectura que permite satisfacer las necesidades de la bioeconomía. Sin dudas es el momento de avanzar hacia la tendencia internacional de la arquitectura sustentable en sus múltiples sistemas y con materiales con menos huella de carbono, que demandan menores recursos y que finalmente logran una vivienda con menor consumo de energía y más amigable con el medio ambiente”, destaca el gerente de la entidad, Daniel Lassalle.
Al respecto, Vier considera que “estamos en un punto de inflexión en donde vemos que el potencial de expansión es realmente muy significativo. Los últimos 60 años han sido testigos de varios cambios notorios en el sector de la construcción con madera en Argentina”, dice Vier.
Sostienen que especialmente en la construcción y en comparación con otros materiales, la madera es un material renovable, reciclable y carbono neutro. Esto contribuye con la mitigación del cambio climático y a su vez con calentamiento global, siendo el material de menor demanda energética para su fabricación. Debido a su capacidad aislante superior a cualquier material de uso tradicional en el país, promueve un bajo consumo energético que implica ahorro para el usuario y la sociedad, en un contexto energético deficitario. Asimismo, la madera cuenta con una gran resistencia estructural en relación a su peso, con un óptimo comportamiento antisísmico, posee una buena resistencia ante el fuego, es durable, estética y cálida.
