Las autoridades de Alemania han comunicado un caso de infección por el virus de la fiebre aftosa en muestras de un búfalo den Brandemburgo. El Laboratorio Nacional de Referencia para la Fiebre Aftosa (FA) del Instituto Friedrich Loeffler (FLI) confirma un caso de infección por el virus de la fiebre aftosa en muestras de un búfalo de agua de Märkisch-Oderland, en Brandeburgo. El último foco de la enfermedad en este país fue en 1988.
Las autoridades locales responsables iniciaron medidas de control y protección adecuadas. En el FLI se están realizando más investigaciones para determinar con mayor precisión el virus. Un equipo de FLI está apoyando las investigaciones del brote en el lugar. La fiebre aftosa es una enfermedad puramente animal y no se puede transmitir a los humanos, por lo que no es una zoonosis.
Se trata de una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a los animales de pezuña hendida (bovinos, ovinos, caprinos y porcinos). Muchos animales salvajes y de zoológicos también pueden contraer la fiebre aftosa.
En Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) dispuso la suspensión de las importaciones de mercancías capaces de vehiculizar el virus de la fiebre aftosa procedentes de Alemania y ordenó reforzar los controles en fronteras nacionales terrestres, aeropuertos y puertos luego de que el Ministerio de Agricultura alemán declarara un foco de la enfermedad en ese país.
La medida dispuesta por el organismo nacional se da a partir de la alerta sanitaria notificada ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) por Alemania, tras detectar en el distrito de Märkisch-Oderland (Brandeburgo) la presencia de aftosa en tres búfalos de agua. Ante esa situación, la Autoridad Veterinaria alemana informó que está aplicando las medidas de contención, como la creación de zonas de protección y vigilancia, y la prohibición de movimiento de animales desde la zona afectada.
Tras la comunicación oficial, el Senasa dispuso suspender las importaciones de semen bovino y de productos y subproductos de origen rumiante (bovinos, bubalinos, ovinos y caprinos), porcinos y de la caza procedentes de Alemania, en los cuales se certifique la condición de país libre de la enfermedad, como medida de prevención del ingreso de la enfermedad.
El último foco de fiebre aftosa en Alemania se produjo en Baja Sajonia en 1988. En Europa, el último brote se registró en Bulgaria en 2011. Antes, en 2001, el Reino Unido y, posteriormente, Francia, Irlanda y los Países Bajos se vieron afectados por un importante brote de fiebre aftosa.
Esteban Turic, CEO de Biogénesis Bagó, compañía referente de vacunas contra esta enfermedad, durante una entrevista el año pasado con Animal’s Health. “El mundo sigue estando expuesto a la fiebre aftosa. De hecho, siguen apareciendo emergencias en países donde por muchos años no circulaba”, apuntó.
Asimismo, señaló que “es una enfermedad que, para los que no están del todo familiarizados —porque a veces en los países donde una enfermedad no circula desde hace mucho se pierde la noción del riesgo—, es altamente contagiosa”.
Durante la entrevista, Turic también mencionó la posibilidad de que la enfermedad llegara a algún país de la Unión Europea (UE). El CEO señaló que sería más probable la llegada de la enfermedad introduciéndose desde el exterior que reemergiendo a través de un reservorio viral.
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