“La caridad de Mama Antula, sobre todo en el servicio a los más necesitados, hoy se impone con gran fuerza, en medio de esta sociedad que corre el riesgo de olvidar que «el individualismo radical es el virus más difícil de vencer. Un virus que engaña. Nos hace creer que todo consiste en dar rienda suelta a las propias ambiciones»”, subrayó el papa Francisco este domingo en la Basílica de San Pedro durante el rito de canonización de la beata María Antonia de San José de Paz y Figueroa, más conocida como Mama Antula, la primera santa argentina.
En la Santa Misa – informó la Oficina de Prensa de la Santa Sede – estuvo presente el presidente Javier Milei, a quien el Santo Padre saludó antes y al concluir el rito de canonización, quien posteriormente al final de la Santa Misa abandonó la Basílica vaticana.Además de la ceremonia participaron centenares de peregrinos argentinos y familiares de la beata. La celebración iniciada a las 9:30 horas de Italia y 5:30 de Argentina
Al comentar las lecturas de este VI Domingo del Tiempo Ordinario, el Santo Padre dijo que, la primera lectura y el Evangelio hablan de la lepra: una enfermedad que conlleva la progresiva destrucción física de la persona y a la que, en algunos lugares, lamentablemente, con frecuencia se asocian todavía actitudes de marginación. Lepra y marginación – afirmó el Pontífice – son dos males de los que Jesús quiere liberar al hombre que encuentra en el Evangelio.
“Aquel leproso se ve obligado a vivir fuera de la ciudad. Frágil a causa de su enfermedad, en vez de ser ayudado por sus compatriotas es abandonado a su suerte, y se le hiere aún más con el alejamiento y el rechazo. ¿Por qué? Ante todo, por miedo, por el miedo a ser contagiados y terminar como él… Después, por prejuicio: ‘Si tiene una enfermedad tan horrible seguramente es porque Dios lo está castigando por alguna culpa que haya cometido; y entonces, claramente, se lo merece’… Y, finalmente, la falsa religiosidad. En aquel tiempo, se consideraba que quien tocaba a un muerto se volvía impuro, y los leprosos eran gente a quienes la carne ‘se les moría encima’. Por tanto, se pensaba que rozarlos significaba volverse impuros como ellos. Esta es una religiosidad distorsionada, que crea barreras y sepulta la piedad”.
![Misa de canonización de Mama Antula](https://i0.wp.com/www.vaticannews.va/content/dam/vaticannews/agenzie/images/reuters/2024/02/11/10/1707644261657.JPG/_jcr_content/renditions/cq5dam.thumbnail.cropped.750.422.jpeg?ssl=1)
Misa de canonización de Mama Antula
Tres “lepras del alma”
De esta situación el Papa Francisco identifica tres “lepras del alma” que hacen sufrir a una persona débil descartándola como un desecho, porque causan una gran injusticia y son: miedo, prejuicio y falsa religiosidad.
“Hermanos, hermanas, no pensemos que son sólo cosas del pasado. ¡Cuántas personas que sufren encontramos en las aceras de nuestras ciudades! ¡Y cuántos miedos, prejuicios e incoherencias, aun entre los que creen y se profesan cristianos, contribuyen a herirlas aún más! También en nuestro tiempo hay tanta marginación, hay barreras que derribar, ‘lepras’ que sanar”.
Cuando Jesús nos toca renace lo mejor de nosotros mismos
El Papa Francisco también invitó a preguntarnos, ¿hago que Jesús toque mis “lepras” para que me sane? Al “toque” de Jesús, en efecto, renace lo mejor de nosotros mismos. Los tejidos del corazón se regeneran; la sangre de nuestros impulsos creativos vuelve a fluir cargada de amor; las heridas de los errores del pasado se curan y la piel de las relaciones recupera su consistencia sana y natural.
“Retorna así la belleza que tenemos, la belleza que somos. Sintiéndonos amados por Cristo redescubrimos la alegría de entregarnos a los demás, sin miedos ni prejuicios, libres de formas de religiosidad anestesiantes y despojadas de la carne del hermano. Así se fortalece en nosotros la capacidad de amar, más allá de cualquier cálculo y conveniencia”.
![Santa Mama Antula](https://i0.wp.com/www.vaticannews.va/content/dam/vaticannews/agenzie/images/srv/2024/02/11/2024-02-11-cappella-papale-per-la-canonizzazione-della-beata-mar/1707643679297.JPG/_jcr_content/renditions/cq5dam.thumbnail.cropped.750.422.jpeg?ssl=1)
Santa Mama Antula
El testimonio de la primera santa argentina
Finalmente, el Papa Francisco señaló que la primera santa argentina, María Antonia de Paz y Figueroa, conocida como “Mama Antula”, impulsada por su celo apostólico enseñó con su vida la cercanía y la salvación de Dios. “Tocada” por Jesús gracias a los Ejercicios espirituales, en un contexto marcado por la miseria material y moral, se desgastó en primera persona, en medio de mil dificultades, para que muchos otros pudieran vivir su misma experiencia.
“De esta manera involucró a un sinfín de personas y fundó obras que perduran hasta nuestros días. Pacífica de corazón, iba “armada” con una gran cruz de madera, una imagen de la Dolorosa y un pequeño crucifijo al cuello que llevaba prendida una imagen del Niño Jesús. Lo llamaba “Manuelito”, el “pequeño Dios con nosotros”. “Tocada” y “sanada” por el “pequeño Dios de los pequeños”, al que anunció durante toda su vida, sin cansarse, porque estaba convencida —como le gustaba repetir— de que «la paciencia es buena, pero mejor es la perseverancia». Que su ejemplo y su intercesión nos ayuden a crecer en la caridad según el corazón de Dios”. Vatican News.