-¡Che, viste que Ricardo Iorio va a cantar el Himno en la previa del partido entre Argentina y Bolivia!
-¿En serio? No lo puedo creer. Pensé que el 2021 no tenía nada más con que sorprendernos.
Por si algún desprevenido no lo sabe, el diálogo nunca existió. O tal vez sí. Quién sabe ya a esta altura. Pero sin lugar a dudas, sirve como disparador de un texto sin demasiadas ínfulas de ser un “paper” -palabra que ganó un nuevo impulso en tiempos pandémicos – sobre un tema que a lo largo de los años ha tenido puntos de encuentro y desencuentro: la música y la política.

Breve descripción del hecho en cuestión: Ricardo Iorio, referente indiscutible de la música pesada argentina, fue invitado por la Asociación del Fútbol Argentino a interpretar el Himno nacional en la previa del partido que los seleccionados masculinos de fútbol de Argentina y Bolivia debían disputar en el estadio de River por una nueva fecha de las Eliminatorias Sudamericanas.
La noticia generó rápidas reacciones. Para los fanáticos del músico, la sensación de que se había hecho justicia. Para sus detractores, el momento oportuno de repudiar una vez más sus posturas radicales y filofascistas. Fue la DAIA (Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas) quien pegó primero y consiguió que el cantante no estuviera al frente del micrófono para entonar las estrofas de la canción patria.
Jorge Knoblovits, titular de la mencionada entidad, se contactó el ministro de Turismo y Deportes de la Nación, Matías Lammens, y con Victoria Donda, cabeza del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI), para efectuar esta solicitud, argumentando que Iorio promueve una ideología antisemita, y mensajes de odio hacia distintos colectivos minoritarios.
Tras conocerse la noticia de que no aparecería en el partido de la Selección, Iorio realizó un descargo y, claro, tiró más leña al fuego de las redes sociales: “Me censuraron porque me identifico con el escudo, la escarapela, las Malvinas, la bandera”. A esa declaración, podría sumársele como respuesta: “Y con algunas frases y posturas que de mínima son polémicas, Ricardo”. A saber.
“Yo no soy judío, soy un argentino, un perro cristiano. Si vos no sos judío, no me vengas a cantar el ‘Hava Naguila’ en la fiesta judía. Y si vos sos judío, no me vengas a cantar el Himno”, señaló cuando comenzaba este siglo a la revista Rolling Stone.
Ya un poco más cerca, en 2017, el padre del metal pesado nacional otra vez estuvo envuelto en declaraciones poco felices. Esta vez, sobre la dictadura militar que se llevó puesta a la Argentina entre 1976 y 1983.”Este es el único país del mundo donde los que perdieron la guerra escribieron la historia”, precisó en relación a la Guerra de Malvinas. Y se refirió a los nietos de los desaparecidos como un “puñado de indemnizados por desaparecidos”. Para ponerle la frutilla al plato se autoproclamó “anti-montonero”. En 2018, se ganó el repudio del movimiento feminista al decir: “Ellas, esas zurdas, saben que nunca encontraron un ‘pater familias’ (padre de familia) como yo, un macho proveedor, se lo perdieron. Entonces, en su resentimiento, se dejan adoctrinar y encima cobran”.
La discusión y militancia sobre la interrupción voluntaria del embarazo no iba a quedar sin un nuevo polémico capítulo por parte del compositor radicado desde hace varios años en la zona de Sierra de la Ventana, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires. “No puede ser que haya criaturitas de 15 y 16 años apoyando la muerte del no nacido. ¿Nadie les clava un destornillador acá atrás, en la oreja, a estos p… malvados? ¿Es tanta la hipocresía? ¿Puede ser?”, dijo.
Una foto con el líder de la ultraderecha nacionalista Alejandro Biondini, la reivindicación al coronel Mohamed Alí Seineldín -líder carapintada de los últimos intentos golpistas de quien se refirió como “guerrero nacional que hoy tienen preso”-, su denuncia sobre que “los mapuches reciben financiación inglesa para ocupar la Patagonia” y hasta autodefinirse como “terraplanista”, son otros de los ingredientes de la receta que forman parte del “Perro cristiano”, quien a modo de revancha, no se quedó con las ganas de cantar la composición de Vicente López y Planes y Blas Parera y terminó publicando en sus redes sociales un video en donde interpreta el Himno Nacional acompañado por un piano y con la bandera como telón de fondo.
La caza de la casta lo dejó ‘rengo’
“Hola a todos yo soy el león, rugió la bestia en medio de la avenida, corrió la casta, sin entender, panic show a plena luz del día. Por favor no huyan de mí, yo soy un rey de un mundo perdido. Soy el rey, te destrozaré, toda la casta es de mi apetito. Viva la libertad carajo”, cantó Javier Milei ante un Parque Lezama colmado de público en el cierre de su campaña con miras a las PASO.
El candidato del frente La Libertad Avanza utilizó el tema Panic Show, de La Renga; y como era de esperarse, desató el enojo de los integrantes de la banda de rock oriunda de Mataderos que salió a despegarse del libertario a través de un comunicado.
“Quien quiera es libre de escuchar, cantar, bailar y poguear canciones de La Renga. Lo que está mal, legal y moralmente, es tomarse la libertad de usar esas canciones para una campaña política y beneficio propio. Un seguidor de nuestra banda jamás haría eso”, reza la escueta misiva. Y concluye: “Entre nosotros existen lazos y sentimientos, no queremos tener un disfrazado de amigo hablando de la libertad”.
Lejos de intentar calmar las aguas, Milei arremetió contra Gustavo “Chizzo” Nápoli y los suyos y dijo: “Ellos cantaban en los actos de Cristina y cobraron por ello. Parece que les molesta más el uso por parte de un liberal que la cuestión política y lo disfrazan con un eufemismo” y aseguró que los argumentos que brindaron para descalificar su acto “son una ridiculez”.
“No me imagino a Creedence demandando a la hinchada de Boca”, enfatizó el economista sobre las canciones que vociferan los ‘xeneizes’ en La Bombonera.
Y siguió al advertir que la reacción de La Renga “es algo totalitario” tras adoptar la postura de prohibirle a alguien cantar sus temas, “aunque se trate de un enemigo”.
“Me parece bárbaro que los de La Renga no quieran ser mis amigos, pero no pueden censurar el uso de un determinado tema si respeta el copyright y se hacen los pagos correspondientes”, cerró en alusión a los cobros que recauda la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC).

Un problema de difícil solución… para Larreta
En medio de la disputa por la presencialidad en las escuelas, un flyer enviado por la Usina del Arte -dependiente del Ministerio de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires- a niños de entre 8 y 12 años que forman parte del taller “Micrófono abierto” originó el fastidió de un grupo cuyas canciones ya trascendieron el ámbito de lo estrictamente musical: Los Auténticos Decadentes.
Sí, la banda cuya primera sensación que nos trae es la de una fiesta, quedó en “offside” sin comerla ni beberla producto de la utilización de unos de sus hits: el tema “La Guitarra”.En el mensaje recibido por los niños porteños pide: “Invitá a tus compañeros/as del colegio, a tus amigas/os y a todos los chicos y las chicas que conozcas. Sumemos todas las voces para mantener la presencialidad en las escuelas”.
Mientras que la acción consistía en aprenderse una letra reversionada de la canción, filmarse y enviar el video para formar parte del jingle.
“Tengo un problema de difícil solución, una pandemia que afecta mi día a día / Voy desde la cama a la PC, y no ir al cole me quita la alegría / Yo solo quiero una vida normal, jugar un poco con mis compas todo el día / Seguir viendo a todas mis amigas, un recreo, un fútbol, un gol”, son las estrofas iniciales de esta reversión.
Hasta aquí, parecería ser nada fuera de lo común. Y hasta podría decirse que Gustavo “Cucho” Parisi, Jorge Serrano y el resto son un poco exagerados en su reacción.
Sin embargo, si se toma como referencia que en el medio de esta particular “tarea” del taller se libraba la batalla entre CABA y Nación por el regreso a las aulas y el llamativo estribillo propuesto…
“Porque yo, sí quiero ir a estudiar, sí quiero ir a jugar, ya no aguanto más / Quiero poder ir al cole muchos días, y que la gente nos ayude por favor / Vos, mejor que te cuides, mejor no te juntes y usa el barbijo bien / Ya me cansé de ver por Zoom a la maestra, te pido, porfa, que te sumes hoy en esta”.
Fue el propio Serrano -autor de la canción- quien salió a aclarar públicamente que ni él ni la banda habían sido siquiera consultados al respecto, situación a la que calificó como “pésimo”, “horrible” y “bajo” no sólo por la utilidad política que se le dio a la canción, sino también porque “están los chicos de por medio”.
“No pueden usar la canción sin permiso. El tema es que cuando empieza a compartirse en las redes sociales, no hay forma de pararlo. Entonces hago mi descargo en algunos medios para que no crean que estamos vinculados a esto. Luego lo mejor será restarle entidad y dejar que pase”, reflexionó el músico.
Esta no fue la primera vez que el Gobierno porteño tiene un problema por el uso de una canción.
En 2011, cuando Mauricio Macri fue reelecto como jefe de Gobierno de la Ciudad, el tema “Arde la ciudad”, de La Mancha de Rolando, se convirtió en un himno de la fórmula ganadora cuyo binomio lo completaba el actual alcalde Horacio Rodríguez Larreta.
Por aquel entonces, quien alzó la voz desde las redes sociales fue Manuel Quieto, cantante y guitarrista de La Mancha de Rolando, quien indicó en su cuenta de Facebook estar “plenamente en desacuerdo” con el uso de su obra porque “genera la falsa idea de una asociación con un proyecto político”.
Lejos de quedar satisfecho con ello, Quieto le envió una carta a Macri, en su carácter de titular del PRO, intimándolo a que “cesen en toda y cualquier utilización de la misma, y cualquier obra que me pertenezca, que han venido realizando durante su campaña política y dentro de los festejos de la misma”.
Por otro lado, son harto conocidos los vínculos que el grupo símbolo de la militancia kirchnerista mantiene con Amado Boudou, ex vicepresidente de la Nación, importante respaldo que les permitió ser en reiteradas ocasiones una de las bandas elegidas para participar de ciclos gratuitos sobre aquellos escenarios que formaron parte de distintos programas culturales.
Donde las águilas se atreven
Del mismo modo que le pasó a Macri con La Mancha de Rolando, le ocurrió a Cristina Fernández de Kirchner con Attaque 77. Fue en 2015, luego de que CFK inaugurara las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación.
El cierre de la transmisión de la TV Pública fue con el tema “Donde las águilas se atreven”, del popular grupo de punk rock liderado por Ciro Pertusi que no tardó en responder de manera pública y fijar su postura.
“Dicha canción fue atesorada durante más de 26 años en el corazón de miles de seguidores, preservándola de todo tipo de proselitismo y, llegado el caso, no es justamente este modelo el ideal como para semejante obra, la cual promulga unión y no el divide y reinarás”, sostuvo el actualmente cantante de Jauría.
Y si bien reconoció que la canción “es de uso público, puesto que está en manos de todos, no me cae en gracia en absoluto”, a la vez que agregó: “Estamos en democracia y tengo derecho a decir: ‘No me siento identificado con este modelo, no me representa. Punto”. Y, por último, dejó una frase concluyente: “Los políticos pasan, pero las canciones quedan…”

Polémica… ¿con final feliz?
Otro capítulo que podemos agregarle a este pequeño racconto es que encarnaron Andrés Calamaro y el periodista Santiago Cúneo.
Quien fuera precandidato a diputado por la provincia de Buenos Aires por el Partido Popular fue cruzado, por aquellos que manejan la carrera del Salmón, luego de que el comunicador hiciera con un spot electoral un supuesto uso indebido de la imagen del exlíder de “Los Rodríguez”, junto con un testimonio que el propio músico había realizado durante un vivo de Instagram en tiempos de confinamiento.
“Santiago Cúneo y la realidad ahora mismo de la Argentina. Estamos hablando de una persona elocuente y con convicciones”, se lee en la pieza audiovisual en cuestión. Mediante un contundente comunicado, el management de Calamaro indicó que el spot se realizó sin “autorización ni apoyo alguno al espacio ni a la candidatura” y que la frase reproducida “está sacada de contexto”.
“Rechazamos enfáticamente este tipo de prácticas que buscan engañar y confundir a la gente. Ya iniciamos las acciones correspondientes”, afirmaron en el texto publicado en la cuenta oficial de todas las redes del músico.
Sin embargo, algunas horas después, el propio Cúneo salió a explicar la situación, no sin antes sacar de circulación la controversial propaganda.
“Él es mi amigo, me pidió bajar el video y yo lo hice, pero esa denuncia no existe”, contó y como para que no queden dudas, mostró un chat donde el propio Calamaro le dice: “Me están matando con el aviso en la tele. Por favor bajalo. Desde España me están retando mal. Por Favor. Gracias”.
Cerca y sin renegar
Hasta aquí hemos pasado por reacciones negativas por parte de determinados artistas que buscaron “no quedar pegados” con aquellos políticos que utilizan su arte para cautivar al electorado. Pero está claro que también están los otros.
La lista de ejemplos es extensa -ya como este mismísimo artículo- y hasta puede abarcar otros géneros como el tango, en la figura del inolvidable y polifacético Hugo del Carril, quien le puso voz y pasión a La Marcha peronista. O tal vez recordar -y bailar- al ritmo de “Los Palmeras” que con su popular canción “El Parrandero” le pusieron música y letra a un spot a favor del riojano más famoso cuyo estribillo aún resuena y decía “vamos Menem, vamos Menem”.

O el propio “Chano” Moreno Charpentier, quien con el grupo de Pop Rock “Tan Biónica” fue partícipe necesario para que los argentinos tuviésemos un jefe de Gobierno primero, y un presidente de la República después, que le sacara viruta a los escenarios -y hasta en el balcón de la Casa Rosada-con su “Noche Mágica”.
Y hasta encuentros sorpresivos de quienes primero buscaron despegarse y luego cayeron cautivados por las mieles del poder de turno.
Tal es el caso de L-Gante, el músico que Cristina Kirchner había ponderado durante un acto del programa “Conectar Igualdad” -supuestamente había podido componer y empezar su carrera musical gracias a las computadoras de ese plan- y que el propio cantante desmintió al asegurar que consiguió la notebook tras un intercambio por un celular.
Todo el apoyo y los buenos comentarios por parte de sus fanáticos tras su “aclaración” a CFK, se vinieron abajo rápidamente luego mostrarse un tiempo después con el presidente Alberto Fernández en la Quinta de Olivos.
Regular usuario de las de redes sociales, el joven de 21 años salió a responder las críticas de quienes no vieron con buenos ojos la reunión.
“Si el día de mañana hay otro presidente y me recibe, también voy a estar”, precisó y explicó que “a mí no me invitaron” sino que “se me ocurrió la idea de conocer a el presidente de mi país y así fue”.