La Cámara de Diputados aprobó y envió al Senado el proyecto de Ley que establece la creación de un Aporte Solidario y Extraordinario para los patrimonios superiores a los 200 millones de pesos, con el fin de recaudar $300 mil millones para volcar a planes productivos y sanitarios.
Tras un debate de trece horas –se inició a las 14,30 del martes-, el oficialismo consiguió 133 votos para aprobar el proyecto con el apoyo de representantes de bloques provinciales.
En tanto que Juntos por el Cambio encolumnó a 115 diputados detrás del rechazo, entre ellos la representante del Movimiento Popular Neuquino y la lavagnista Graciela Camaño.
Los dos diputados de la Izquierda se abstuvieron al momento de votar, en tanto que se registraron cinco ausencias.
El proyecto
El proyecto de Aporte Solidario y Extraordinario alcanzaría a menos de 10 mil personas, según la AFIP, es decir 0,8% del total de los contribuyentes que presentaron declaración jurada de bienes personales.
La recaudación se destinará a comprar equipamiento de salud para atender la pandemia, apoyar a las pymes con subsidios y créditos, urbanizar los barrios populares con obras que empleen a las/os vecinas/os de cada barrio, hacer obras y equipar a YPF para producir y envasar gas natural y financiar un relanzamiento del plan Progresar para que las/os jóvenes puedan seguir estudiando.
El debate
A lo largo del debate los legisladores oficialistas defendieron el proyecto con el argumento de reforzar las arcas públicas debido a la caída de la recaudación, y la necesidad de asistir al sistema sanitario y productivo, mientras desde la oposición sostuvieron que es un “impuesto confiscatorio”.
Al abrir el debate, el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Heller (FdT), dijo que “no somos hinchas del déficit sino que somos enemigos del ajuste”
.El economista y autor del proyecto aseguró por videoconferencia que el proyecto “no está pensado contra personas determinadas”, “estamos frente a una situación de emergencia que es lo que le da la situación de excepcionalidad, extraordinario. Y es por única vez, porque se pretende -con sustento en los principios constitucionales de solidaridad- alcanzar a personas humanas titulares de grandes fortunas”.
Tras reiterar el carácter “solidario y extraordinario de la iniciativa”, el diputado puso de relieve que el país está “ante una situación de emergencia” y se pretende con el aporte “alcanzar a aquellas personas que son titulares de grandes fortunas” para “morigerar” en los sectores más vulnerables “los efectos de la pandemia”.
Por su parte, Luciano Laspina (PRO) consideró que la iniciativa consagra una “lógica de pegarles un tiro en los pies de los empresarios que tienen que empujar del carro en la salida de la pandemia” de coronavirus.
El santafesino consideró que el “impuesto a la riqueza” es “confiscatorio” porque hay una absorción por parte del Estado de una parte sustancial de la renta o la propiedad”, argumentó. Y agregó: “La emergencia no habilita a violentar la Constitución Nacional”, y cuestionó que el aporte “opera como doble imposición respecto del impuesto que hoy ya rige de Bienes Personales”.
A su turno, el diputado nacional de la UCR Luis Pastori acusó al oficialismo de practicar “populismo tributario” con el aporte extraordinario a las grandes fortunas.
Por su parte, Nicolás del Caño justificó la abstención del Frente de Izquierda al opinar que la iniciativa de impuesto a las riquezas es el “camuflaje de un ajuste contra el pueblo” que se lo quiere “presentar como algo revolucionario” e indicó que “es un proyecto que recauda muy poco y es un engaño que intenta ocultar esta farsa”. indicó.
En el cierre de la jornada, el presidente del interbloque Juntos por el Cambio, Mario Negri, insistió en llamar al Aporte Solidario y Extraordinario como un “impuesto” y consideró que “es ineficaz por más que tenga un nombre bonito, y por más que sea épico”.