Los templos de un número importante de diócesis argentinas reabrieron sus puertas para la asistencia espiritual personal y rezos individuales, bajo estrictas medidas de seguridad a raíz de la pandemia por el coronavirus, a excepción de la arquidiócesis de Buenos Aires y de jurisdicciones eclesiásticas bonaerenses.
En ningún caso, la resolución de las autoridades civiles autoriza las misas y celebraciones masivas, que siguen vedadas a los fieles para evitar contagios por el coronavirus. Es por ello que muchos párrocos utilizaron durante el aislamiento obligatorio la tecnología para dar Misa a través de las redes sociales, especialmente el Facebook.
Otra metodología de encuentro fueron los grupos armados de WhatsApp donde recomendaban la lectura bíblica del día o a través de cortos videos invitaban a reflexionar sobre acciones de la vida de los santos o enciclicas.
A partir de distintos protocolos sanitarios según jurisdicción este lunes los feligreses empezaron a recorrer los distintos templos, a la espera más adelante de poder compartir con sus vecinos la celebración eucarística.
A partir del relevamiento realizado por la Agencia Informativa Católica Argentina (AICA ) en Córdoba, el gobernador Juan Schiaretti entregó al arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos Ñáñez, el protocolo elaborado por el Centro de Operaciones de Emergencia, que contempla la apertura de las iglesias para la oración individual y la atención de fieles.
El documento alcanza a todos los credos religiosos que integran el Comipaz y no permite, en esta fase del aislamiento social preventivo y obligatorio, misas u otras celebraciones religiosas que impliquen aglomeración de personas, como medida de prevención del Covid-19.
En Tucumán, el arzobispo monseñor Carlos Alberto Sánchez, comunicó a la comunidad que se siguen asumiendo las indicaciones de las autoridades sanitarias de la provincia, por lo que “de momento se mantendrán los templos cerrados y las celebraciones litúrgicas sin asistencia de fieles”.]
El prelado solicitó a los fieles católicos “fortalecer la oración al Señor de la Salud y a la Virgen de la Merced para asumir con paciencia y comprensión esta difícil situación”.
En cambio la catedral basílica y santuario de Nuestra Señora del Valle reabrió sus puertas el 16 de mayo, luego de que permanecieran cerradas durante dos meses, a partir de la flexibilización, y respetando el distanciamiento social, el uso del barbijo y el alcohol en gel, los fieles y devotos ingresaron al recinto sagrado para orar durante unos minutos frente a la Madre del Valle.
En la catedral de Catamarca sólo se pudieron utilizar los bancos de la nave central para la oración individual, ya que el acceso a los altares laterales está cerrado, al igual que el Camarín.
Por su parte, el obispo de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones difundió un mensaje en el que advirtieron que “la pandemia no ha terminado, estamos en la curva ascendente de los contagios y de muertes”, y por ello, confirmaron “que aún no es tiempo para abrir nuestros templos”.
En la misma sintonía, la arquidiócesis de Buenos Aires mantiene las disposiciones preventivas del coronavirus vigentes y en particular para “tener las parroquias disponibles para acompañar las necesidades de nuestros hermanos”