Mariel Launay es odontóloga, trabaja en la zona de Congreso y vive en Avellaneda. Desde hace 32 años está casada con Marcelo y comparte el hogar con sus hijos Nico y Nahuel, de 27 y 25 años. Además de su devoción por la actividad profesional, Mariel concurre desde siempre a la Iglesia Nueva Apostólica “Tengo una vida espiritual diaria donde oro y trabajo con el corazón y una vida familiar doméstica donde compro, cocino y hago o habitual como todos”, explica quien también se destaca como alma, dentro de su culto religioso, en tanto su esposo oficia de pastor.
Ambos, según cuenta a El Agora, trabajan mucho en la oración, “al despertar, al almorzar y al acostarnos”, pero también la dentista forma parte del coro, donde canta como mezzo. “Lo mío en relación a la música no lo llamaría un arte, sino un don que dios me regaló, algunos tienen el don de la palabra, otros el testimonio y a mí me gusta cantar, colaboro con el coro de la iglesia desde muy, muy joven”, recuerda.
Por supuesto que su labor hoy sufre los condicionamientos de la cuarentena. Lo mismo ocurrió con sus encuentros de fe. Sin embargo, Launay formó parte de un impresionante video global, donde música y oración se fundieron en un pedido universal.
¿Cómo te encontró la pandemia y de qué manera afectó en tu vida laboral y personal?
La pandemia me encontró volviendo de Miramar el 7 de marzo, porque salí de vacaciones tarde. Regresé a mi labor con muchos recaudos, más de los que normalmente tomaba y el 16 de marzo cuando el gobierno dispuso el inicio de la cuarentena, dejé de trabajar así que me quedé en casa. Lo mismo que mi marido y mis hijos en el caso de ellos, desempeñándose en el home office.

¿Cómo fue la vuelta al consultorio y qué características tiene el protocolo dentro de tu especialidad?
La vuelta no fue tan rápida, de hecho hubo que realizar un nuevo protocolo para la atención de pacientes, sólo atendiendo urgencias. En realidad, el odontólogo ya se recibe con la cabeza metida en un protocolo, en tal caso lo que hubo que adicionar fueron más medidas que son costosas. Esto implica además dedicar mayor tiempo de preparación previo tanto para el profesional como para el paciente antes de iniciar la atención. Así que no considero haber vuelto al consultorio, salvo por algo muy parcial y específico.

¿Qué pasó en la misma línea con los encuentros religiosos?
La iglesia tiene encuentros religiosos a través de transmisiones por internet. Se suspendió toda actividad presencial, igual cuando podamos volver será un momento muy particular.
¿En qué sentido?
Por el distanciamiento social que lógicamente deberá continuar y también porque va a ser sin coro. El hecho de cantar tiene el mismo efecto que al estornudar o toser; tampoco va a haber instrumentos de viento por el mismo motivo. Lo más raro va a ser celebrar la comunión con Cristo, a través de la hostia o la Santa Cena como la llamamos en nuestra iglesia.
¿De qué manera surgió la iniciativa global y cuál fue la respuesta frente a un mensaje tan potente desde lo espiritual y desde lo artístico?
La música dentro de la iglesia es un sentir que expresa lo que vivimos en el corazón y te aviso que a mí también me sorprendió saber que fuimos 1606 los participantes en igual sintonía y armonía. Es más me enteré de ese mismo número, el mismo día que vi el video por primera vez. El domingo 31 de mayo, día de Pentecostés. Fue una experiencia maravillosa me hizo tan feliz que me olvidé por un momento de la pandemia.
¿Qué aspectos te generaron mayor dolor sobre la pandemia y cuáles son las enseñanzas, si considerás que las hay para la comunidad?
Me conmueve la muerte de soledad es algo que me causa dolor, de quienes mueren solos porque los familiares no lo pueden acompañar ni tampoco despedir. Por otro lado, la inconciencia de la gravedad de la transmisión del virus, como el caso de ese chico de 15 años que contagió al abuelo y a la mamá y ambos murieron. Tomamos decisiones y la naturaleza humana es así, tomamos decisiones viéndonos en el centro sin medir las consecuencias, de esas decisiones. Yo creo que dios paró al mundo para darle un mensaje.
¿Cuál sería ese mensaje?
“Como siempre estabas ocupado sin tiempo, ahora que lo tenés, dedícate a mirar tu interior y hacé algo con lo que te di. Es fantástico el tema de que primero avanzaba la tecnología y luego la pandemia porque con la tecnología todavía podemos mantener contacto con nuestros mayores que son los que más solos se sienten porque son los que más encerrados están. Fue tan nocivo el avance del hombre que con este parate la naturaleza se volvió a expresar. Como a purificarse.
Mariel enumera el fenómeno que trascendió en diversas formas y desde cualquier lugar confirmando tal hipótesis. “Bajó la contaminación en México, las aguas de Venecia se volvieron cristalinas. Se vieron medusas nadando por ahí. En un zoológico, no sé cuántos animales nacieron en cautiverio. Entonces es como que hay que detenerse a ver lo importante. Creo que lo importante sería la familia, el verdadero tesoro que debemos tener en nuestra casa. Comprender que no todos pueden decir que tienen una familia, de hecho hay muchos que circunstancialmente están solos y esa soledad los hace pasar mal”, asume para dejar un mensaje final. “Creo que deberíamos transformar la pandemia, si esta fuese una piedra de tropiezo en el camino, el hombre debería ser lo suficientemente ingenioso para pisar esa piedra y transformarla en un escalón…e ir hacia adelante”.
Hermosa entrevista. Muy bellas reflexiones.
Gracias por tu punto de vista
Excelente elección. Mariel Launay es una mujer luchadora. de amor sin límites por su familia. Una .
profesional de trato siempre afectuoso y comprensivo con sus pacientes y una cristiana activa
en la fe de fervorosa confianza en las decisiones de Dios. AGORA, muchas gracias