La valiente actitud de una joven de San Vicente, que se plantó frente a dos cartoneros, permitió el rescate de una yegua, de apenas dos años, que era obligada a tirar de un carro totalmente cargado y con una rueda en llanta. El hecho no deja de ser otro botón de muestra del maltrato que sufren los animales sino también de los graves problemas sociales y económicos que ha agravado y deja expuestos la pandemia de coronavirus.
Gracias a la rápida actuación del Comando de Patrulla Rural distrital (CPR), de la fiscal Karina Guyor y de los voluntarios de la ACMA (Ayuda a Caballos Maltratados), la potranca bautizada “Magia” recibió atención veterinaria y fue trasladada al campo que la ONG posee en la localidad de Alejandro Korn para su rehabilitación definitiva.
Aunque no cuentan con estadísticas, desde la organización que lleva rescatados más de 500 animales desde su fundación en 2010, el uso de caballos para acarreo se agudizó en el Área Metropolitana (AMBA) durante la cuarentena. A pesar de que en muchas jurisdicciones se ha prohibido la tracción a sangre, los controles “brillan por su ausencia”.
Cabe recordar que el maltrato animal es un delito que está penado con prisión, de entre 15 días y un año, según lo establecido en la Ley 14.346. (https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/aplicalaley/protejo-animales)
Una heroína
Claudia Larese, miembro de la comisión directiva de ACMA, destacó la actitud de esta “heroína”, que “al ver como un carro venía tirado por una yegua, visiblemente exhausta por arrastrar un carro completamente cargado y con dos personas arriba, decide ponerse adelante e impedirles seguir su camino”.
En diálogo con este medio, la mujer, que desde hace diez años integra esta ONG, agregó que tras hacer la denuncia al 911, el CPR de San Vicente se hizo presente y llevó a Magia al destacamento para ponerla a resguardo. Luego, la joven contactó a ACMA para ver cómo proseguir con el rescate.
“Si una de las ruedas no funciona, el peso del carro, los materiales y las personas -en este caso dos adultos- se triplica, por lo que el caballo está realizando un esfuerzo insoportable y extenuante, que puede llevarlo a la muerte si este no se detiene”, explicó Larese.
Magia fue revisada y atendida por Ariel Corse, veterinario y presidente de ACMA, y a pesar del maltrato recibido se encuentra en buen estado, pero “aún no deja que la acaricien”.
“Es una potranca en pleno desarrollo, sus huesos aún son frágiles porque no se han consolidado, podía fracturarse o lesionarse para toda su vida, pero nada les importó”, concluyó Larese.
Necesitan ayuda
ACMA es una asociación civil sin fines de lucro dedicada a salvaguardar y proteger a caballos maltratados y/o abandonados. Todo lo realizan a pulmón, ya que no cuentan con ayuda oficial de ningún tipo y sólo se sostiene gracias al aporte de los “padrinos” de los caballos rescatados y al trabajo de unos 50 voluntarios.
Para albergar y rehabilitar a los animales, la mayoría caballos, pero también llegan burros, mulas, ovejas y perros, cuenta con dos campos, en las localidades bonaerenses de Alejandro Korn y Baradero, cuyos alquileres están próximos a vencer, por lo que necesitan otro lugar, con posibilidad de permanecer varios años dadas las inversiones que deben concretar en instalaciones.
Claudia Larese explicó que no pretenden una ayuda económica del Estado, “pero sí que puedan facilitarnos una propiedad para continuar con nuestra misión”.
Al respecto, la diputada bonaerense Natalia Sánchez Jauregui presentó un proyecto en la Legislatura bonaerense con el objetivo de que el Poder Ejecutivo disponga un espacio físico adecuado que le permita continuar con su obra.
Respecto a la financiación de la ONG, Larese explicó que sus ingresos provienen de donantes particulares y de quienes apadrinan a los animales rescatados. Quienes deseen comunicarse o colaborar con ellos deben contactarse a través de su página de Facebook/ACMA – Ayuda a Caballos Maltratados.