“Cambiará nuestra preocupación por lo que consumimos y cómo nos relacionamos, al ser más conscientes que ante determinadas circunstancias todos somos iguales”, sostuvo el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Carlos María Uriarte en la reunión organizada por el el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) para analizar el impacto del covid-19 en la lechería.
Funcionarios gubernamentales y representantes de la actividad láctea de América participaron en un diálogo público-privado, para promover el diseño de políticas y acciones de cooperación de las diversas regiones ante la crisis del covid-19.
La reunión, en la que se abordaron los desafíos del sector, contó con la presencia de funcionarios, expertos de la industria y un panel de debate con el subsecretario de Agricultura y Desarrollo Rural de México, Miguel García Winder; el residente de la Federación Panamericana de Lechería (Fepale), Daniel Pelegrina, y el miembro de la directiva de la Federación Centroamericana del Sector Lácteo (Fecalac), Ramiro Pérez.
Por su parte, en el encuentro Uriarte destacó que Uruguay, que exporta el 70 % de su producción láctea, no presentó casos de infecciones en el sector, pero se adoptaron medidas para ayudar a empresas y empleados. Aunque las afectaciones han sido leves, consideró que el principal cambio tras la pandemia estará en la actitud de los consumidores.
“Es importante promover el consumo de la leche como motor de la vida y la salud”
Daniel Pelegrina
En el ámbito internacional, “seguiremos preocupados por el acceso a los mercados”, en particular por el cierre temporal de China ante la pandemia.
El Director General del IICA señaló que “estamos ante una crisis sistémica, la más importante de los últimos 100 años y la cadena láctea no es excepción en las afectaciones. El único camino es salir fortalecidos con instituciones más flexibles y más sensibilidad social y ambiental”.

Otero también recomendó hacer un análisis global de todas las políticas públicas para el sector lácteo, a fin de lograr una lechería más verde y sustentable. “Es importante evitar la excesiva regulación de las políticas sanitarias pues generaría aislamiento entre los países y debemos evitarlo, ya que las ayudas internacionales estarán más restringidas”, advirtió.
“Lo peor que pudiera pasar es que tras la crisis construyéramos una realidad igual a la anterior”
Miguel García Winder
En tanto, García Winder señaló que “no podemos mantener hatos grandes sin aumentar productividad” y resaltó que, en México, uno de los principales productores de América Latina, la industria láctea se encontraba ya en un proceso de cambio antes del covid-19.
“La pandemia lo acelera y nos hará pensar en cosas nuevas, lo peor que pudiera pasar es que tras la crisis construyéramos una realidad igual a la anterior, tenemos la gran responsabilidad de hacer políticas verdaderamente incluyentes”, expresó. y agregó: “Vamos a requerir innovaciones, tenemos que mejorar la productividad, el ingreso de los productores y cómo vamos a atender el tema ambiental que es cada vez más urgente”.
Por su parte, Pelegrina consideró que es importante promover el consumo de la leche como motor de la vida y la salud en una región de más de 600 millones de personas, en la que la mayoría de los países están por debajo del consumo recomendado por las autoridades sanitarias.
El directivo de Fecalac coincidió en esa preocupación. “Se necesitan acciones de comunicación más directas con los consumidores urbanos, los millennials y nuevas generaciones sobre ventajas nutricionales y efectos sobre la salud; también se requiere una lechería verde con productos diferenciados, con un rostro humano. Esos elementos nos pueden servir para ir mitigando los efectos negativos a consecuencia del covid-19”.