El Tercer Encuentro Nacional sobre producción con biológicos y Estrategias Sustentable (EnBio 2024) fue el escenario donde diferentes especialistas explicaron la tendencia en el uso de bioinsumos como una herramienta fundamental para mejorar los índices de sustentabilidad y de rendimiento en la producción agrícola argentina.
En el Campus de la Universidad Nacional de Villa María de Córdoba dio comienzo en la primera jornada con la apertura a cargo del ministro de Producción de Córdoba, Sergio Busso, y la decana de la UNVM, Carolina Morgante. Luego se realizó una recorrida a campo con nueve estaciones donde se pudo ver cultivos de soja y maíz todos tratados con tecnologías biológicas. Tratamientos de semillas, bioestimulantes, promotores de crecimiento, biofungicidas, bioinsecticidas y fertilizantes biológicos a base de polifenoles, algas marinas, bacterias, hongos, extractos de levadura, consorcios microbianos y otras sustancias que no sólo favorecen la sanidad y el crecimiento de las plantas sino que permiten mejorar los niveles de fertilidad y porosidad del suelo.
En las distintas conferencias se puntualizó aspectos de la salud del suelo, la importancia del manejo a partir de estas nuevas tecnologías y los resultados en rendimientos.
Respecto a la salud del suelo el investigador del Conicet, Dr. Luis Wall, sostuvo que “necesitamos ir hacia modelos de transición que incorporen lo biológico. El sistema es hoy extractivista, nos llevamos los nutrientes con la cosecha, y necesitamos reponer nitrógeno o fósforo; pero al hacer esa reposición exclusivamente química desaprovechamos todo lo que es biológico y generamos efectos colaterales en suelo y ambiente”. Y agregó: “Los biológicos funcionan porque modificamos el microbioma del suelo y eso hace que el cultivo se desarrolle mejor. La salud del suelo tiene que ver con las propiedades físicas, químicas y biológicas y eso se puede medir. Un suelo saludable es consecuencia de una microbiología saludable. La salud del suelo, su porosidad y fertilidad, no se logra con labranza ni con rastrojos, se logra con biológicos. Estamos actuando sobre el suelo y lo es tamos degradando, destruyendo lo más importante que tenemos, un suelo fertil”.

En ese sentido, el investigador Ing. Agr. Marín Díaz Zorita advirtió: “La adopción de la inoculación acompaño la expansión de sistemas de manejo de cultivos (SD) pero hoy está amesetada. Hoy tenemos el 80% del área sembrada en Argentina con algún tipo de tratamiento biológico. Hoy los inoculantes con rizobios lideran el aporte del valor de mercado de los biológicos y constituyen el 62% de los bioinsumos que se usan en el campo seguidos por los bioestimulantes cuyo uso viene creciendo. Llegó la hora de producir con biológicos, ya no estamos probando si funcionan o no, lo que ahora queremos es aprovecharlos mejor”, afirmó.
Entre los temas principales que se plantearon estuvo la importancia del uso de biológicos para evitar resistencias. El Dr. Gustavo González Anta sostuvo que los biofungicida y bioinsecticidas son la mejor alternativa para manejar situaciones de resistencia de hongos y plagas a los químicos. “Los productos bio mutan como los hongos, van cambiando y controlando. La posibilidad que aparezca resistencia de un hongo a un biofungicida es mínima”, disparó. “Para el futuro imaginamos cepas microbianas modificadas genéticamente para modificar funciones metabólicas específicas, por eso decimos que la agricultura moderna es con biológicos”, sostuvo.
A su turno el Ing Wenceslao Tejerina, especialista en Biostimulantes, sostuvo que el estrés abiótico (altas temperaturas, ozono, exceso de radiación, asfixia radicular, viento, heladas, salinidad o sequía entre otras) es el responsable del 65% de las pérdidas de los potenciales de las semillas. Mientras que las plagas, malezas y enfermedades generan sólo el 11% de esas pérdidas de potenciales. Por eso el uso de biológicos es esencial para lograr mayores rindes y mejores resultados”, afirmó.
Los números en alza
Sobre cómo viene el porcentaje de usos de Biológicos se presentaron diferentes diferentes números. Por un lado el Dr. Gustavo González Anta sostuvo que el mercado de biológicos en el mundo es de 8,6 billones de dólares y se reparten en biocontrol el 56% y bioestimulantes y biofertilizante el 44%. “En Argentina la perspectiva de crecimiento es mayor que en químicos. Mientras que el uso de biológico crece entre el 10 y el 12% anual, el uso de químicos está casi estancado con una expectativa de crecimiento de entre el 3 y el 5% anual”, afirmó.
Además surgió el dato que Brasil sigue siendo en Latinoamérica el país con mayor crecimiento de este tipo de tecnología cuyo mercado bio se acerca a 1 billón de dólares en esta campaña siendo que el 80 % e biocontrol y el 20% biofertilidad.
Al respecto, el Ing. Agr. Msc. Armando Allinghi, director Ejecutivo de la Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos (CIAFA) presentó números de la última encuesta que hicieron: “El mercado de especialidades creció un 10% entre el 2021 y 2022 logrando un total de 470.000 toneladas. En Argentina bioestimulantes y biofertilizantes son los productos de mayor crecimiento. Este sector de bioinsumos está en pleno crecimiento y el mercado se encuentra en una etapa de redimensionamiento”.
Para Eduardo Perez de Casafe, los biológicos son la nueva tecnología porque logran aumento del sistema radicular, suelos más sanos, menos caga química y producciones más sostenibles y rentables. “No se cuándo pero para mi los biológicos van a reemplazar a los químicos, son el futuro de la agricultura porque es lo único que promete más productividad”, disparó.
En el cierre participaron el subsecretario de Agricultura de la Nación, Germán Di Bella y el director de Producción Vegetal de la Secretaría de Bioeconomía, Nicolás Bronzovich, quien sostuvo: “La visión de la sustentabilidad para nosotros es el equilibrio entre lo social, lo ambiental y lo productivo. Un equilibrio que se facilita gracias a la Bioeconomía. La Bioeconomía es un Modelo de convergencia para el desarrollo sustentable”.
El III Encuentro Nacional sobre Biológicos fue organizado por Agribio con el apoyo y la participación activa de la Universidad Nacional de Villa María y Todo Agro como partner local.