Si de flexibilizar los tiempos con las pantallas se trata, no quedó otra. La cuarentena se transformó en un pase libre, en relación a su uso.
Palabras más, palabras menos, chicos o adultos aceptaron casi con resignación la definición de “necesidad”, en pos de pasar las horas conectados, comunicarse o simplemente entretenerse.
Y sin embargo, para una de las directoras de la organización civil Chicos.net, Mariela Reiman, el tema contiene más aristas que la mera conectividad. “Es necesario que familias y educadores estemos atentos y tengamos en cuenta algunas claves a la hora de pautar su uso”.
En este sentido, la licenciada en Educación ofrece algunos tips para pensar al momento de dar vía libre a niños y adolescentes. Aquí, la mini guía.
1. Observar que las pantallas suplen carencias. En general los chicos de las grandes ciudades recurren a la comunicación online, porque pasan más horas sin poder salir. De ahí que “verse cara a cara”, les signifique una compañía. “Cuando tienen esta posibilidad, la eligen. Esta es una realidad que precede a la crisis actual, y seguramente siga así cuando puedan volver a encontrarse”, asume la licenciada.
Según la organización dedicada a promover los derechos y la calidad de vida durante la niñez, “Los chicos quieren volver a la escuela. Y no es porque extrañan la tarea, sino porque quieren ver a sus compañeros”, informan desde Chicos.net. “Necesitan estrechar vínculos sociales y mantener una vida activa”, amplía Mariela asegurando que la relación de ellos “No es tecnológica sino humana”.
2. Pensar en lo digital y lo físico como un continuo. O como evitar ver ambos entonos como opuestos. Es que también la comunicación digital puede presentarse como un vehículo al ciberespacio, útil y eficaz en actividades que no necesariamente están ancladas en lo tecnológico.
“Ves un tutorial en la compu de una comida que luego se prepara en la cocina o aprendes a tocar un instrumento viendo un video”, grafica Reiman.
3. Relación pantalla-tiempo Entender y aceptar que las pantallas hoy son los amigos, la escuela, las compras, los gustos, las familias. Por esto, la educadora resalta antes que el tiempo pensar en ver “qué tipo de actividad realizan, en qué momento, con quiénes, para qué”.
4. Los medios digitales promueven el aprendizaje. Sea intergeneracional, entre pares o en comunidad, los medios ofrecen enseñanzas valiosas. Incluso incide en encontrar soluciones concretas. De hecho, durante el aislamiento, fueron muchas las personas que vieron cómo el uso de herramientas digitales se expandía en el hogar. El ida y vuelta entre abuelos y nietos, ratifica tal sentido.
5. Ubicar necesidades antes que la oferta indiscriminada sociales. Perderse en el gran laberinto de Internet, potenciado por la multitarea y los medios digitales, puede representar un camino sin salida. Camino que la pandemia prolonga, a partir de la notoria ansiedad que nos genera. Sin embargo, con el correr de los días, muchos lograron poner lo primordial, por encima de la distracción. “Ubicamos nuestra necesidad por delante de la oferta y dejamos de simular que íbamos al gimnasio, al teatro, al parque para hacer lo que realmente queremos y podemos”, concluye Mariela.