Las tribunas colmadas, llenas de color y desbordantes de alegría dieron un espectacular marco a la apertura de nuestra 29° Asamblea Federal de la Acción Católica Argentina, puntapié inicial de la gran misión por la ciudad.
Poco antes del mediodía del sábado 13 de octubre comenzaron a llegar al estadio del Club Sportivo Desamparados las delegaciones de las 46 diócesis que llegaron a San Juan, algunas tras varias horas de viaje.
Al ritmo de los bombos, abrazos de por medio y la conducción de Joaquín Costa, fueron transcurrieron las horas hasta el inicio de la misa, que fue presidida por monseñor Jorge Lozano, arzobispo de San Juan. Los primeros en llegar fueron los de San Rafael y después le siguieron los aspis del Submarino…
El saludo de monseñor Eduardo García, desde Roma, donde participa del Sínodo de los Jóvenes, y del Papa Francisco nos conmovieron a todos. A través de un videomensaje, el Santo Padre nos envió su saludo y bendición y nos pidió ser “obreros, operarios del Reino de Dios a través del testimonio.
Poco después comenzó la misa, y Carloz Zucal, presidente del Consejo de San Juan, nos daba la bienvenida a “su casa”, su provincia y a celebrar juntos la fe.
“La Acción Católica de San Juan los recibe con un corazón lleno de alegría, gozosos de poder compartir tres días en comunión, en familia y poder expresar nuestro amor sabiendo que fue Jesús quien nos amó primero; y desde ahí ser capaces de manifestar nuestro compromiso misionero yendo al encuentro de nuestros hermanos más necesitados”, expresó.
En su homilía, monseñor Lozano calificó a esta asamblea como “una fiesta de toda la Iglesia” y señaló que “la Acción Católica debe estar en medio del pueblo”, recordando una frase del Papa Francisco: “La Acción Católica no puede estar en un laboratorio, no puede estar lejos del pueblo, sino que sale del pueblo y tiene que estar en medio del pueblo”.
Antes de partir al “encuentro de nuestros hermanos”, Rafa, presidente nacional, nos animaba a “dar lo mejor de cada uno porque Argentina nos necesita”, preocupado “el egoísmo exacerbado, la avaricia sin límites, la inequidad distributiva, el consumismo superfluo, la envidia, el rencor, la corrupción, la seducción del poder y la violencia, nos están dañando como pueblo y sociedad y no nos permiten construir un Proyecto común como Nación. ¡Amigos, Argentina nos necesita!”.